jueves, junio 22, 2006

PATRIA
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22 de junio de 1826 - Panamá
Patrias que son soledades

La criatura dijo sus primeras palabras. Fueron las últimas. De los inivtados al bautismo, solamente cuatro llegaron a Panamá, y en vez de bautismo hubo extremaunción. El dolor, dolor de padre, encoge la cara de Bolívar. Las piedades y las condolencias le suenan a hueco.
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Doblan las campanas por la unidad de Hispanoamérica.
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Bolívar había convocado a las nuevas patrias a unirse, bajo el amparo inglés, en una sola patria. No invitó a los Estados Unidos ni a Haití por ser extranjeros a nuestros arreglos americanos; pero quiso que Gran Bretaña integrara la liga hispanoamericana, para defenderla del peligro de la reconquista española.
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Ningún interés tiene Londres en la unidad de sus nuevos dominios. El congreso de Panamá no ha parido más que edificantes declaraciones, porque los viejos virreinatos han parido países atados al imperio de ultramar y divorciados entre sí. La economía colonial, minas y plantaciones produciendo para afuera, cuidades que prefieren el bazar a la fábrica, no abre paso a una gran nación sino a un gran archipiélago. Los países independientes se están desintegrando mientras Bolívar sueña con la patria grande. No han firmado ni un solo acuerdo comercial entre ellos, pero están inundados de mercancías europeas y casi todos han comprado la doctrina del librecambio, que es el principal producto británico de exportación.
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[Eduardo Galeano]
Memorias del fuego II
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A 180 AÑOS DEL CONGRESO ANFICTIÓNICO DE PANAMÁ
todavía buscamos la Patria Grande, la otra américa posible

martes, junio 20, 2006

UTOPIA

Ventana sobre la utopía

Ella está en el horizonte -dice Fernando Birri-. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré.
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¿Para que sirve la utopía?
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Para eso sirve: para caminar

[Eduardo Galeano]
la utopía más que sueño es remedio
creerla, verla posible, es un cable a tierra
evita que nos volvamos locos de ver tanta locura y tanta mierda
si no existíera, para qué luchar? para qué vivir?
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Nada mejor que Galeano para terminar con Forster!!!

jueves, junio 15, 2006

SHOW

Cruzo la calle desierta, alguna calle muerta de algo que se quedo a mitad de camino entre pueblo y cuidad. El reloj marca las tres y media. Como si recién abriera los ojos después de una pesadilla horrible, miro alrededor. La noche no me deja ver demasiado, no hay estrellas, ni siquiera la luna se distingue; un olor en el aire anuncia lluvia.

La calle está inquietantemente silenciosa. En cuanto piso la cuadra siguiente, me asalta esa sensación que siempre sucede al inicio de cualquier acto heroico: Tengo miedo. Extraña sensación, obliga a uno a arrepentirse tremendamente de haberse decido a caminar solo las pocas cuadras que lo separan de su casa. Acelero el paso, intento no pensar en nada demasiado oscuro o demasiado silencioso.

Se escuchan pasos. Por la vereda opuesta distingo la silueta de un hombre caminando despacio casi a la par mía. Cuando pasa bajo el cartel de un pequeño kiosco no puedo evitar observar su apariencia. Los pantalones enormes, la gorra, la remera de algún equipo que no distingo, las zapatillas. Para muchos seria más fácil decir simplemente que era un negro, un villero. A mi me parecería horrible. Nunca toleré a gente así, tan llena de odio, tan cegada por los prejuicios.

Sin embargo cuando el hombre cruza la calle hacia mi vereda, no puedo evitar sentir miedo. En ese momento, como si algo me hubiera manchado, me odio.

Camino cada vez más rápido. Las palabras se agolpan en mi cabeza: paranoia, miedo, inseguridad, prejuicio. No puedo entender la razón de esa reacción tan inesperada, tan repulsiva. Al fin y al cabo, pienso, todas esas noticias sobre secuestros y robos, sobre golpes y asesinatos, todo ese show de la inseguridad, todo ese espectáculo de la paranoia montado solo para despertar miedo, para dar razones a un desprecio sin sentido, me ha trastornado tanto como a cualquiera.

No puedo evitar pensar que el show esta tan bien montando que incluso conociendo su designio odioso, que incluso aborreciéndolo logra afectarte tan profunda, tan inconscientemente.

El hombre acelera el paso, el corazón me da un vuelco y esa reacción se vuelve otra mancha. Otra seña innegable de que no soy un simple espectador, una simple victima del show, sino un actor-cómplice, una parte clave de la escena grotesca. En ese momento me odio tanto como odio el espectáculo.

La lluvia me golpea la cabeza, escucho que los pasos del hombre se aceleran. La lluvia se vuelve diluvio y él empieza a correr. Mis piernas deciden correr también, mi cabeza a punto de estallar, no responde, no objeta. Solo pienso en que no me alcance y ese pensamiento se vuelve otra mancha asquerosa, insoportable, culposa. Corro diez cuadras seguidas hasta que mis piernas me gritan que me detenga. Ya no se escuchan los pasos, la lluvia no debe dejarme oírlos, pienso. Me detengo jadeando y me reclino contra un paredón. La lluvia es una cortina gris que no deja ver nada.

Pasan algunos minutos, el diluvio se vuelve otra vez llovizna. Puedo reconocer donde me encuentro. Solo a dos cuadras de mi casa. La calle esta desierta, no hay señales del hombre de gorra y pantalones enormes.

Llego a la puerta de mi casa. La cabeza me da vueltas. Introduzco la llave en la cerradura y por primera vez, la giro sin mirar hacia los costados. Entro desesperado, me recibe el pitido infernal de la alarma., marco el primer número de la clave, pero me detengo en seco y sin pensarlo arranco de un solo tirón el pequeño panel.

Atravieso el pasillo y el teléfono empieza a sonar, seguramente la agencia de seguridad. Entro en la habitación y me acerco hasta la mesa de luz donde el teléfono chilla insoportablemente, siento como si mi cabeza fuera a explotar, lo lanzo contra la pared y estalla en pedazos.

El dolor en la cabeza es inaguantable. Sin embargo me las arreglo para destruir uno a uno todos los demás actores de la función odiada. Aplasto la radio con un pisotón, arrojo el televisor al piso, de un puñetazo destrozo el monitor de la PC. Después de romper todas las puertas y ventanas de la casa me siento, exhausto en el borde de la cama de mis padres.

No voy a formar parte del show, me digo para mí, mientras escucho las sirenas de los patrulleros y busco el arma que mi papa guarda bajo la cama.


[Facu]

lunes, junio 12, 2006

NECEDAD
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Para no hacer de mi ícono pedazos,
para salvarme entre únicos e impares,
para cederme un lugar en su Parnaso,
para darme un rinconcito en sus altares.
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Me vienen a convidar a arrepentirme,
me vienen a convidar a que no pierda,
me vienen a convidar a indefinirme,
me vienen a convidar a tanta mierda.
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Yo no se lo que es el destino,
caminando fui lo que fui.
Allá Dios, que será divino.
Yo me muero como viví.
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Yo quiero seguir jugando a lo perdido,
yo quiero ser a la zurda más que diestro,
yo quiero hacer un congreso de lo unido,
yo quiero rezar a fondo un hijonuestro.
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Dirán que pasó de moda la locura,
dirán que la gente es mala y no merece,
más yo seguiré soñando travesuras
(acaso multiplicar panes y peces).
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Yo no sé lo que es el destino,
caminando fui lo que fui.
Allá Dios, que será divino.
Yo me muero como viví.
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Dicen que me arrastrarán por sobre rocas
cuando la Revolución se venga abajo,
que machacarán mis manos y mi boca,
que me arrancarán los ojos y el badajo.
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Será que la necedad parió conmigo,
la necedad de lo que hoy resulta necio:
la necedad de asumir al enemigo,
la necedad de vivir sin tener precio.
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Yo no sé lo que es el destino,
caminando fui lo que fui.
Allá Dios, que será divino.
Yo me muero como viví.
[Silvio Rodriguez]

miércoles, junio 07, 2006

CHISPA
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La realidad, madera descompuesta no hace más que seguir pudriéndose. El tiempo y su fracaso la desarman en polvo y en mugre, en suciedad de la historia. Su podredumbre, gangrena crónica de la humanidad, se extiende y no deja nada sin cubrir, sin contaminar. Las almas, las conciencias, los cuerpos, todo se vuelve verde de muerte ante el toque brutal de la realidad pútrida, desesperante.
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Los hombres, enterrados por la mugre de la historia, ahogados por la podredumbre, dejamos morir nuestra alma, nuestra conciencia, nuestro cuerpo. Nos volvemos muertos andantes, sombras de lo que la humanidad pudo haber sido, de lo que puede ser. Sombras que no hacen más que pisotearse unas a otras en su intento desesperado de escapar de la podredumbre que ellas mismas llevan en el alma.
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Pero quizás algunos frente al toque brutal de la podredumbre, en lugar de dejarse morir se vuelvan chispa. Quizás frente a la muerte de todo y de todos, uno se vuelva chispa de esperanza y rebeldía, chispa que junto con otras encienda de un fogonazo a la realidad toda. Si ante la podredumbre nos volvemos chispa, los hombres nos volveremos fuego. Y del fuego, purificador, puro, ardiente, de las cenizas que el fuego deje; del fuego y de las cenizas naceremos de nuevo. La realidad no será mas madera deshaciéndose, y será luz haciendo, será fuego, llamas con forma de hombre.
[ Facu ]

martes, junio 06, 2006


INFIERNO
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Son por acaso ustedes, hoy un público respetable?
Pueden acaso beber el vino por ustedes envasado?
Puede alguien decirme? Me voy a comer tu dolor!
Y repetirme - voy a salvarte esta noche!
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Que el infierno está encantador
este infierno está embriagador!
Esta noche está encantador!
tu infierno está encantador, esta noche!
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Por qué no dejás de pensar en labios que besan frío?
para cerrar un ojo y ver cuántos cuernos tiene el diablo
Puede alguien decirme? Me voy a comer tu dolor!
Y repetirme - voy a salvarte esta noche!
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[Los Redondos]
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06-06-06 : "El apocalipsis"

lunes, junio 05, 2006

VOCACIÓN
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[1999]

parece que mi carrera política empezó temprano....

que haya perdido mi primera elección no tiene importancia


MIEDO

El miedo global

Los que trabajan tienen miedo de perder el trabajo.

Los que no trabajan tienen miedo de no encontrar nunca trabajo.

Quien no tiene miedo al hambre, tiene miedo a la comida.

Los automovilistas tienen miedo de caminar y los peatones tienen miedo de ser atropellados.

La democracia tiene miedo de recordar y el lenguaje miedo de decir.

Los civiles tienen miedo a los militares, los militares tienen miedo a la falta de armas, las armas tienen miedo a la falta de guerras.

Es el tiempo del miedo.

Miedo de la mujer a la violencia del hombre y miedo del hombre a la mujer sin miedo.

Miedo a los ladrones, miedo a la policía.

Miedo a la puerta sin cerradura, al tiempo sin relojes, al niño sin televisión, miedo a la noche sin pastillas para dormir y miedo al día sin pastillas para despertar.

Miedo a la multitud, miedo a la soledad, miedo a lo que fue y a lo que puede ser, miedo de morir, miedo de vivir...

[Eduardo Galeano]

domingo, junio 04, 2006

NOSTALGIA
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por eso de cada viaje me traigo el equipaje perdido
por eso es que he decidido nunca olvidar, nunca olvidar
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[Andrés Calamaro]